Algunas reflexiones que vimos/escuchamos en pocos lados
A casi 48 hs, y con la “mente” un poco más fría, la disyuntiva pareciera que pasa por ser o no ser “Maradoniano”. O en su defecto, luego del recibimiento en Ezeiza, ser o no ser pro selección. “Pobres, ellos que dejaron todo en la cancha”.
Aclaramos primero (mientras todavía nos sacamos apesadumbrados el gorrito de argentina), que nada más alejado de nuestras intenciones que estar en contra del técnico o de los jugadores que nos representaron y con los que perdimos 4 a 0 el sábado 03 de julio de 2010, contra Alemania. Pero, a pesar de eso, nos parece afortunado decir algunas cosas.
Primero. ¿Alguien recuerda cuales fueron las circunstancias en las que Maradona llega a la Selección Nacional? El 16 de Octubre de 2008 (o sea menos de 2 años atrás) Basile dejaba su cargo como DT, porque “prefirió dar un paso al costado al parecer molesto por la falta de respuestas de muchos jugadores considerados emblemas del equipo”. Ante ese diagnostico, de individualidades majestuosas y egos super dotados, se llamó a un incuestionable para alinear a los muchachos. La respuesta fue ni más ni menos que Maradona. ¿Quién osaría decirle que “no” al Diego? Nadie. De hecho los jugadores se ordenaron detrás, respetuosamente en fila. A la hinchada poco le importó (salvo en lo inmediato) el 6 a 1 contra Bolivia. Por caso, el Diego casi se ufanaba de ello en uno de los tantos comerciales que patrocinaron este mundial. Pero, 6 a 1 contra Bolivia que nunca llegó ni siquiera a clasificar, ¿no era ya para preocuparse? Pareció que no. Luego vino el famoso y agónico gol de Palermo ante Perú, el que la “sigan mamando” y todo lo que sabemos.
Pero veamos. Diego Armando Maradona, contando este fatídico partido, solo tuvo la oportunidad de dirigir a la Selección por el increíblemente breve período de 20 partidos. Muchos de ellos con jugadores entregados por sus clubes menos de 72 horas antes. EL caso se repitió en el mundial, donde tuvo al plantel completo con menos de 20 días de anticipación.
En medio de ese contexto, ¡bastante hizo pobre tipo! Nos ilusionó, nos puso en las tapas del mundo como preocupación de otras selecciones, pero también puso de manifiesto errores de concepción (propios y ajenos) que quedaron demostrados con 4 piñas de Mohamed Alí, como él mismo definió.
Es así, que en este contexto, surgieron algunas cosas positivas si es que se las saben ver. Aunque en medio de nuestro exitismo característico y nuestra ignorancia sempitérnica (a pesar de creernos expertos en casi todo), no pudimos o no quisimos apreciar.
Queda claro que no puede armarse una Selección tan disímil como la que se armó. Conocer a un compañero de equipo es FUNDAMENTAL. Cualquiera que haya hecho un deporte de equipo puede confirmarlo. No pasa por ser profesional o no. Por caso, los alemanes pararon en cancha a 5 integrantes de un mismo club, en el que vienen jugando desde hace años. Argentina no paró siquiera a dos jugadores que jugasen juntos. Más aún, solo 3 se desempeñan en equipos locales. ¿Es esto un tema menor? Para nosotros, definitivamente no. Sobretodo, si sus respectivos equipos te los “ceden” durante tan solo breves períodos de tiempo. Esto cobra aún más relevancia si se tiene en cuenta que Maradona fue un inmenso jugador, pero como técnico todavía es inexperto. Por tanto en este punto, hay culpas compartidas. La AFA por no haber gestionado los medios para que los jugadores se unieran más a menudo, más allá de lo que mandaba el calendario de partidos, y del técnico por haberlos elegido y haberlos dirigido de una manera tal que supliese esa falta de conocimiento mutuo, el tiempo juntos. El hecho de que nuestros jugadores figuren entre los mejores del mundo, no los convierte en el mejor equipo. Un conjunto no es, de ninguna manera, una suma de individualidades. Ya nos dejamos engañar con eso en el mundial de EE.UU., donde éramos la selección más cara del mundo y ni siquiera pasamos los octavos.
Pero además, este caso demuestra una constante imposibilidad nacional de llevar a cabo políticas de largo plazo que conduzcan a un crecimiento serio y en serio, sostenido en el tiempo. ¿O alguien cree seriamente que si Japón hace 20 años no se hubiera trazado el plan de estar en un mundial, lo hubiese logrado?¿ Alguien escuchaba hablar de Japón en un mundial del ’86? Esto es fruto de una determinación y una política en este sentido. No hablamos solamente de políticas gubernamentales. Sino de planteos serios, constantes y responsables de los que manejan el tema. Nosotros como hinchas en pocas semanas hablaremos de otra cosa. Y nos empezará a preocupar el campeonato local, el dólar, y lo que dijo CFK; da igual. Pero mientras tanto, DEBE haber profesionales que por lo bajo sigan un plan lógico para que se llegue seriamente hasta donde se pueda llegar, e invertir esfuerzo, ganas, presupuesto, profesionalismo, dignidad y conocimientos, para llegar parados lo mejor posible al objetivo. Todo esto, para no terminar llorando y perdiendo por goleada.
Porque lo mismo sucede con los juegos olímpicos. Durante 2 meses (con suerte) hablamos de las condiciones deplorables en las que entrenan nuestros atletas que luego nos representan, y por los que (con nuestro consuetudinario exitismo) luego aplaudimos. Pero de los cuales, solo nos importan las condiciones en las que entrenan, durante esos 2 meses (repetimos, con mucha suerte) y luego ya está. No está para nada. Ganar en este tipo de competencias de alto nivel internacional, no es solo ver a Messi y decir y pensar que la está rompiendo y tiene al Barcelona armado para que descolle.
Señores: todo eso es un trabajo de MUCHOS años y dedicación.
¿Están los dirigentes de nuestro deporte a la altura de las circunstancias?
En el fútbol, han demostrado que definitivamente NO. Que deslumbraron con espejitos de colores, pero todavía deben el título que prometen, desde ahora, hace 28 años. Y eso es mucho tiempo para cubrir una mentira. La de no “poder” hacer un trabajo serio y responsable, perdurable en el tiempo, que cumpla con lo que prometen.
El Diego una vez más, enseñó algo. Imaginó cómo a los argentinos nos gustaría que jugase nuestra selección. Y no estuvo tan errado. A lo mejor es hora de continuar ese camino que nos defina, al igual que lo es el jogo bonito. Sea esto con o sin Maradona.
5 jul 2010
4 a 0
11:30
Editores: CTC Comunicación
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